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Tartufo (1664) retrato de demagogos como Nicolás Maduro

  • Foto del escritor: Consultorías Stanley
    Consultorías Stanley
  • 30 jul 2024
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 11 mar

Tartuffe (1664) es una comedia magistral de Molière que explora temas de hipocresía, engaño y los peligros de la fe ciega. La historia gira en torno a Orgon, un hombre rico y crédulo que se enamora de Tartuffe, un astuto estafador que se hace pasar por una persona piadosa y devota. Tartuffe se infiltra en la casa de Orgon, manipulándolo a él y a su familia con la intención de obtener control sobre su riqueza y estatus social. La obra culmina en un clímax dramático donde se revela la verdadera naturaleza de Tartuffe, llevando a una confrontación que expone sus intenciones engañosas.

Maduro es castigado por Venezuela
Maduro es castigado por Venezuela

La representación de Tartuffe por Molière es un estudio complejo del carácter, trascendiendo los típicos villanos unidimensionales de la Commedia dell'Arte tradicional. Tartuffe es un personaje con profundidad psicológica, que encarna la hipocresía y la manipulación con una sutileza convincente que lo hace creíble y amenazante. A diferencia de los personajes estereotipados de las tradiciones cómicas anteriores, las acciones y motivaciones de Tartuffe están intrincadamente tejidas en la narrativa, haciendo que su duplicidad sea tanto creíble como inquietante. Orgon, por otro lado, representa el arquetipo del hombre rico e ingenuo que confía demasiado. Sin embargo, Molière añade capas al personaje de Orgon, explorando su vulnerabilidad y las fuerzas emocionales y psicológicas que lo hacen susceptible a las maquinaciones de Tartuffe. Esta representación matizada permite a Molière crear una mezcla de tensión cómica y dramática que profundiza el impacto de la historia.


El tema central de Tartufo es la crítica de la hipocresía religiosa, pero esta crítica se vuelve también política y económica, pues es la religión la que determina el origen de la propiedad a los ojos de los creyentes. Molière transforma hábilmente al héroe de la novela picaresca en un villano que casi revierte las normas sociales al intentar robar todo de Orgon. A través de las maquinaciones de Tartuffe, Molière satiriza no solo la explotación de la religión para beneficio personal, sino también la credulidad de aquellos que confían ciegamente en las apariencias. El personaje de Tartuffe actúa como un demagogo, manipulando a quienes lo rodean con falsa piedad y pretextos morales. Esta crítica va más allá de la esfera religiosa, anticipando de manera inquietante a líderes políticos que, a lo largo de la historia, han utilizado el engaño y la duplicidad moral para manipular a las masas. De esta manera, Tartuffe se convierte en un comentario intemporal sobre los peligros de la demagogia y la vulnerabilidad de las sociedades ante los engañadores carismáticos.


Molière mezcla magistralmente la comedia física con el ingenio verbal afilado en Tartuffe. Aunque la obra presenta elementos de farsa y slapstick, como la lujuria fingida de Tartuffe y sus falsas profesiones de amor, su verdadero brillo radica en su humor verbal y diálogo satírico. El lenguaje elaborado de los personajes y los escenarios cómicos estructurados subrayan el talento de Molière para la sátira sofisticada que sigue siendo accesible y entretenida. Los diálogos están llenos de ironía y dobles sentidos, lo que realza el impacto cómico de la obra al tiempo que ofrece un comentario social incisivo. A través de esta mezcla de humor y crítica, Molière no solo entretiene sino que también provoca reflexión, convirtiendo a Tartuffe en una poderosa pieza de sátira social que resuena con el público mucho después del final.


Tartuffe encarna el engaño y la manipulación, rasgos que resuenan con demagogos como Idi Amin, Ortega o Nicolás Maduro, particularmente en el contexto de los recientes eventos en Venezuela. Así como Tartuffe engaña a Orgon y su hogar para obtener control y enriquecerse, Maduro ha manipulado los procesos políticos para mantener su control sobre el poder. El ejemplo más reciente, el robo de las elecciones, refleja la explotación de la confianza y la autoridad por parte de Tartuffe.


Nicolás Maduro, el Tartuffe de nuestro tiempo


Maduro, al igual que Tartuffe, se presenta como un protector y salvador, en su caso, del pueblo venezolano y sus ideales revolucionarios. Sin embargo, esta fachada oculta una realidad de autoritarismo y corrupción.

Maduro intenta escapar de la justicia del Pueblo
Maduro intenta escapar de la justicia del Pueblo

Durante la presidencia de Nicolás Maduro en Venezuela, ha habido una represión política generalizada, caracterizada por numerosos abusos a los derechos humanos, incluyendo encarcelamientos, torturas y ejecuciones extrajudiciales. El régimen ha encarcelado a miles de opositores políticos, activistas y ciudadanos comunes. A partir de 2024, organizaciones como Foro Penal estiman que alrededor de 300 presos políticos permanecen detenidos.


Informes de diversas organizaciones de derechos humanos, incluyendo las Naciones Unidas, indican que miles de personas han sido asesinadas por las fuerzas de seguridad. Estas muertes a menudo ocurrieron bajo el pretexto de combatir el crimen o durante protestas, con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informando de más de 5,000 muertes de este tipo entre 2014 y 2024. Además, se han documentado ampliamente casos de tortura y malos tratos a detenidos, incluidos prisioneros políticos, con cientos de casos de palizas, descargas eléctricas y violencia sexual.


Estas cifras trágicas subrayan la represión severa y el abuso de poder bajo el régimen de Maduro. El costo humano ha sido inmenso, ya que el gobierno autoritario de Maduro ha provocado un profundo sufrimiento e inestabilidad en toda Venezuela. Así como el engaño de Tartuffe llevó a la turbulencia dentro de la casa de Orgon en la obra de Molière, las acciones de Maduro han causado una devastación generalizada en el país.


La reciente elección, ampliamente criticada por irregularidades y falta de transparencia, muestra la disposición de Maduro a subvertir las normas democráticas para asegurar su posición. Los informes de supresión de votantes, manipulación de los padrones electorales y otras formas de fraude electoral destacan los paralelismos con la naturaleza engañosa de Tartuffe.


En ambos casos, Tartuffe y la situación política en Venezuela, el tema central es la explotación de la confianza y la autoridad. Tartuffe utiliza la hipocresía religiosa para manipular a Orgon, mientras que Maduro utiliza la retórica del socialismo y el populismo para justificar sus acciones. La secuela de las recientes elecciones, con condena generalizada y acusaciones de fraude, ilustra aún más el peligro de tal manipulación.


Así como las intrigas de Tartuffe finalmente llevan a su exposición y caída, la crisis política en curso en Venezuela subraya la inestabilidad inherente y las posibles consecuencias de gobernar a través del engaño y la subversión de los procesos democráticos.


Así, Tartuffe de Molière sirve como una crítica intemporal de la hipocresía y la manipulación, trazando paralelismos claros con el panorama político contemporáneo en Venezuela bajo el gobierno de Maduro. La naturaleza controvertida de la reciente elección destaca la necesidad urgente de vigilancia y rendición de cuentas en el liderazgo, recordándonos el potencial de abuso cuando el poder se concentra en manos de los engañadores.

 
 
 

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