Ser y estar
- Consultorías Stanley
- 17 dic 2023
- 19 Min. de lectura
Actualizado: 11 mar
§ 1
Soy en la eternidad (Ser), pero estoy en el mundo (Estar).
§ 1.1
Esta aseveración manifiesta nuestro conflicto metafísico. El pasado, el presente y el futuro nos conciernen, pero es sólo a través del presente que vivimos. El ser es anterior y posterior al estar; el estar es permanente, ligado al cuerpo y al espacio. El espacio ocurre en el estar. Nuestra percepción del tiempo es el resultado del conflicto continuo entre el ser y el estar. El ser se manifiesta en la nada.
§ 2
La manifestación del ser es el infinito; la manifestación del estar es lo finito. El finito, no obstante, sólo ocurre en lo infinito ―afirmar que lo infinito ocurre en lo finito es una paradoja de nuestra percepción―.
§ 2.1
El estar moviliza al ser de un infinito a otro infinito; el ser anhela huir o reposar en un mismo infinito.
§ 2.1.1
El sufrimiento es un movimiento impaciente, y la angustia es un movimiento dilatorio.
§ 2.1.1.1
Cuando sufro deseo que el estar me movilice a otra manifestación del ser; cuando me angustio deseo que el estar me deje ya sea en otro estar o en la manifestación eterna del ser.
Actuar como Ser
§ 2.1.2
Los Marxistas han dividido artificialmente a la humanidad en clases sociales, predicando que luchan entre sí, un postulado que tanto la fortuna como la movilidad social refuta; ningún rico tiene asegurada su riqueza desde que nace, y ningún pobre está exento de descubrir un día un tesoro en su jardín, o de volverse una celebridad por haber salvado a un niño de un incendio.
§ 2.1.3
Es el arte actoral el que demuestra el terreno que los seres humanos tenemos en común: las emociones.
§ 2.1.3.1
Antes de alcanzar su apoteósico estrellato en Hollywood, los actores fueron históricamente menospreciados y discriminados por quebrar el prejuicio social de la unidimensionalidad de carácter.
§ 2.1.3.2
Encarnando un personaje tras otro, los actores refutan las teorías que encasillan al individuo en arquetipos (el ermitaño), tipos (el héroe), estereotipos (la prostituta) y roles (el médico).
Tal y como escribe Montaigne en su ensayo sobre la inconstancia de nuestras acciones:
“Si hablo diferente de mí es porque me considero diverso. Todas las contrariedades se encuentran en mí según algún giro y de algún modo. Vergonzoso, insolente; hablador, taciturno; laborioso, delicado; ingenioso, estúpido; triste, bondadoso; mentiroso, verdadero, [docto, ignorante; liberal, avaro y pródigo]: todo esto lo veo en mí de ninguna manera, según cómo me veo; y quien se estudia a sí mismo cuidadosamente encuentra en sí mismo, e incluso en su propio juicio, esta volubilidad y discordancia ”.
§ 2.1.3.3
Si no dividiésemos a los seres humanos por el dinero que tienen sino por los sentimientos que experimentan, podríamos recuperar el paraíso en la tierra.
Los límites de la razón kantiana
§ 3
Los filósofos que supeditan su vida a los imperativas de la razón actúan como el pobre labrador que trabajaba según el humor de sus asnos y sus bueyes. La razón es un instrumento y, como todo instrumento, es un estado de la mente, como lo son el entendimiento, la lógica, el sentido común y la afección. Nuestro Ser, nuestra esencia, es por su propia naturaleza eterna e inaprensible, tal y como clama Hamlet a Rosencrantz and Guildenstern:
Vaya, mira ahora, qué indigno me haces
¡a mí! Jugarías conmigo; se diría que conoces
mis estados; que arrancarías el corazón de mi
misterio
§ 3.1
Quienes hacen de la razón el ente regulador de la historia, idolatran a un ente temporal y evanescente, tal y como Terry Gilliam representa en su película “El Barón de Münchhausen” (1988), en la escena en que Robin Williams representa al Rey de la Luna. Cuando la testa está bien atornillada al cuerpo, el Rey razona prodigiosamente, pero en cuanto el cuerpo se deshace de ella, Williams se dedica a los juegos de la pasión conyugal.
§ 4
Los logros de la ciencia parecen justificar el dominio de la razón. Dichos logros, no obstante, no son el resultado de la razón solamente, sino también de la intuición y la lógica, así como de la voluntad, esto es, de nuestros deseos. “Mi voluntad es el Destino” clama Dios en “El Paraíso Perdido” de John Milton.
§ 4.1
El progreso material no obedece, de hecho, tanto a procesos razonables, sino prácticos. Sería razonable reproducir el sistema de gobierno de imperios pacíficos y prósperos, como la Atenas de Pericles o la Roma de Trajano, pero resulta impráctico alterar las culturas de las naciones en contra de su voluntad, reviviendo atrocidades como el esclavismo o la pena de muerte, y suprimiendo el sistema de crédito actual para volver al trueque.
§ 5
Los únicos juicios razonables son los metafísicos.
§ 5. 1
En el capítulo anterior demostramos que un juicio sintético es necesariamente un juicio abductivo, y éste, sin apoyo en la práctica, un juicio metafísico.
§ 5.1.1
El principio de causalidad no es lógico, sino razonable, tal y como Hume lo demostró.
§ 5.1.1.1
Hoy creemos que el sol brilla debido a sus explosiones nucleares, pero existe la probabilidad de que esta tesis sea reconsiderada, de la misma manera que se ha reconsiderado la tesis del Big Bang en los últimos años.
§ 5.1.1.2
El descubrimiento de la ley de la gravedad obedece más a la intuición que a la razón (una manzana cae sobre Newton), pero en modo alguno a la lógica matemática, que actúa como expresión de la misma.
§ 5.1.1.2.1
Según la historia, Newton estaba sentado debajo de un manzano cuando una manzana cayó del árbol y lo golpeó en la cabeza. Se dice que este evento lo inspiró a pensar por qué los objetos caen al suelo, lo que finalmente lo llevó a formular la ley de la gravitación universal.
§ 6
El Ser se manifiesta plenamente en los sueños, tal y como ya lo abordamos anteriormente.
§ 6.1
¿Cuántas invenciones y descubrimientos se han basado en los sueños? Es imposible llevar un inventario honesto, pues la mayor parte de los sueños recaen en el olvido y son recuperados en el presente como dejá-vú
§ 7
Kant confundió al Ser con la lógica científica. Su obra es un esfuerzo por depurar al Ser, a quien identifica con la razón pura, de sus elementos ilógicos como el sueño y la imaginación. Consecuente con este postulado, Kant eliminó los sentimientos y afecciones, o, lo que es lo mismo, los relegó al reino de los juicios. Su vida se asemeja más a la de un autómata que a la de un ser humano, tal y como Thomas De Quincey narra en su célebre crónica de los último días del filósofo.
§ 8
¿Qué es la razón? A pesar de las distinciones lingüísticas del lenguaje cotidiano, por ejemplo, hablamos con claridad de razonamiento lógico pero absurdamente de lógica razonable, los pensadores más rigurosos no pueden separar la lógica de la razón.
§ 8.1
Así, un escritor como Peter Singer, basado en la premisa de que los animales tienen igual consideración moral que los humanos y en el hecho de que los animales paralizados son rutinariamente sacrificados por los granjeros, podría argumentar lógicamente que los bebés gravemente deformados también deberían considerarse para la eutanasia en sus cunas.
“En este caso se mantuvo con vida a un ser humano, en contra de los deseos de su madre, y a un costo de miles de dólares, a pesar de que ella nunca podría vivir una vida independiente, ni pensar y hablar como lo hacen los humanos normales. Comparemos esto con la manera casual en que quitamos la vida a perros callejeros, monos experimentales y ganado vacuno. ¿Qué justifica la diferencia? (…) Mi sugerencia, entonces, es que no le demos a la vida de un feto mayor valor que a la vida de un animal no humano en un nivel similar de racionalidad, autoconciencia, conciencia, capacidad de sentir, etc. Dado que ningún feto es una persona, ningún feto tiene el mismo derecho a la vida que una persona ”.
§ 8.1.1
El relativismo moral de Singer es afín al relativismo moral de los bandidos que justifican sus robos y asesinatos argumentando que ya otros los han perpetrado antes. El idioma español aplica el término "desalmados" a aquellos que, como Peter Singer, especulan sin consideración por las emociones humanas más básicas, como el respeto por la vida humana, un respeto que abarca a aquellos que no están relacionados directamente con nosotros.
§ 8.2
La razón no es contraria a las pasiones, como lo demuestra el hecho de que, a partir de mis sentimientos, puedo demostrar racionalmente que los sentimientos no se miden en números.
Dylan Thomas escribió irónicamente al respecto en su poema “Hace una Pena”:
Le digo esto: antes del lanzamiento del gallo
Su hueso al fuego,
Déjala inhalar a sus muertos, a través de semillas y sólidos.
Dibujar en sus mares,
Entonces cruza su mano con sus fúnebres ojos gitanos,
Y cierra su mano.
§ 8.2.1
¿Por qué la ciencia no ha inventado un ama-metro, un odio-metro o un esperanzó-metro?
§ 8.3
La razón, en su interpretación y definición correctas, es nuestra capacidad para influenciar la realidad a partir de sentimientos, intuiciones, imaginación e ideas.
§ 8.4
Aristóteles definió al hombre como un ser racional; Kant, como un ser razonable, reduciendo la razón a su dimensión gnoseológica, esto es, haciendo de la razón un instrumento predominante e intocable entre todos aquellos de los que dispone el Ser.
§ 8.5
Los tres tratados principales del filósofo de Königsberg se abordan tradicionalmente como sus tres críticas; se presta poca atención al hecho de que las dos primeras críticas se referían a la razón, mientras que la tercera se centraba en el juicio (Urteilskraft).
§ 8.5.1
¿Por qué Kant se abstuvo de escribir una tercera crítica de la razón? La respuesta radica en su Crítica del Juicio, en la que Kant analiza dos nuevos tipos de razón: la razón estética y la razón teleológica. El juicio surge como la capacidad mediadora entre las numerosas 'razones' que Kant había descubierto, definido y disciplinado a lo largo de su enseñanza.
§ 8.6
Vale la pena preguntarse si el juicio de Kant no equivale a la concepción aristotélica de la razón. Sus elaboradas frases hacen referencia al Organon de Aristóteles, en el que el filósofo estagirita asocia la lógica con los silogismos.
§ 8.6.1
Desde una perspectiva lógica, Kant intenta explicar cómo funcionan los procesos mentales para organizar la información empírica. Presenta un razonamiento estructurado para argumentar que existen ciertas categorías a priori que son universales y necesarias para que la mente humana pueda comprender y estructurar el conocimiento.
Sin embargo, también contiene elementos de metafísica, ya que va más allá de lo puramente empírico y se adentra en la naturaleza de la mente humana y cómo interactúa con el mundo externo. Al hablar de categorías innatas y universales que están más allá de la experiencia sensorial, Kant se adentra en cuestiones metafísicas sobre la naturaleza de la realidad y cómo la mente humana la percibe y comprende.
§ 8.6.2
Kant tuvo el mérito de refutar los muy refutables juicios metafísicos de Wolff que se enseñaban en las universidades alemanas, pero sembró la semilla para que la metafísica fuera abandonada como materia del conocimiento. Su modus operandi es contradictorio, como Hegel señalase, pues la metafísica que criticaba es la misma que él mismo tuvo que formular para esquematizar las categorías a-priori. Su demostración no es empírica, sino especulativa; incluso, como ya he señalado, una importación de las visiones de Swedenborg a la filosofía.
§ 9
Los docentes de filosofía kantiana asumen que es inadecuado divagar sobre problemas metafísicos como el infinito, el alma, la inmortalidad y Dios. Como consecuencia, la mayoría de los filósofos de los Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unidos, es decir, los filósofos de los países que controlan los medios de comunicación global, han resignado la especulación metafísica a evangelistas, astrónomos y poetas. Una renuncia contraproducente, si se tiene en cuenta que la originalidad de la filosofía de Kant es metafísica.
§ 10
La historia de la filosofía aplaude que Kant haya formulado el tiempo y el espacio como intuiciones universales a-priori de nuestra razón, pero es Emanuel Swedenborg quien las enuncia por vez primera en sus escritos.
En su descripción de la eternidad, Swedenborg postula un universo sin tiempo y espacio. Kant, quien dedicó un tratado a refutar a Swedenborg, postula, a partir de un razonamiento negativo, que las intuiciones a-priori de la razón son, precisamente, el tiempo y el espacio.
§ 10.1
Citaré algunos pasajes de su obra más conocida “Del Cielo y el Infierno”:
“Aunque todas las cosas en el cielo tienen sus sucesiones y progresiones como en el mundo, todavía los ángeles no tienen noción ni idea del tiempo y del espacio; tanto es así, que ni siquiera saben qué es el tiempo y el espacio…” Página 90
“las ideas naturales que son propias del hombre, todas las cuales se basan en el tiempo, el espacio, la materia y cosas así... Ciertos ángeles fueron admitidos más íntimamente de lo habitual en mis pensamientos, incluso en mis pensamientos naturales, que contenían muchas ideas basadas en tiempo y espacio; pero como no entendieron nada, de repente se retiraron; y cuando se retiraron, los oí conversar y decir que habían estado en tinieblas”. - Página n92
"Esto lleva a algunos de los eruditos que investigan la naturaleza del tiempo y el espacio a la conclusión de que el tiempo y el espacio son peculiares del hombre natural". - Página 92
“… los pensamientos de los ángeles no están limitados ni confinados por ideas de espacio y tiempo como los pensamientos humanos; porque el espacio y el tiempo pertenecen a la naturaleza, y las cosas naturales apartan la mente de las cosas espirituales y estrechan el alcance de la visión intelectual. Que las ideas de los ángeles son independientes del tiempo y del espacio y, por tanto, ilimitadas en comparación con las ideas humanas”. - Página 135
“Pero la memoria externa o natural, en la medida en que su contenido se deriva de sustancias materiales, el tiempo y el espacio, y otras propiedades de la naturaleza, no es útil al espíritu de la misma manera que lo era en el mundo”. - Página 259
§ 10.2
Por otra parte, la invención de las facultades y categorías del entendimiento kantiano es una labor no menos imaginativa que la invención de los rangos y jerarquías celestiales de Dante. Lo que Kant entregó a su sociedad fue un nuevo lenguaje, despojado de referencias escolásticas y sobrecargado de neologismos à la Newton.
Los brillantes postulados de “Kritik der reinen Vernunf” son, ipso facto, metafísicos. Cabe preguntarse por qué tuvieron y han tenido acogida entre los filósofos y educadores. La razón es la misma que permite que el positivismo y el materialismo persistan como disciplinas metafísica: porque se adhieren a la metodología de las ciencias empíricas.
§ 10.2.1
¿Cómo es posible entonces la metafísica? La popularidad de los físicos que pretenden explicar el universo, en particular su origen, arroja luz sobre la pregunta. Ya no se trata de anunciar que un concepto metafísico sea revelado o no, sino que se adapte a las matemáticas y la geometría en la medida de lo posible. Así, por ejemplo, la teoría del Big-Bang, que fue refutada hace apenas un año, fue válida por su alto índice de probabilidad; físicos publicaron libros con fórmulas matemáticas complejas que, como antaño hicieron los discípulos de Ptolomeo con su organigrama del universo, nos persuadían de que toda la materia se había originado en una explosión de un solo átomo que por su fuerza fue creando más materia.
Ya desde su inicio la teoría del Big-Bang fue objetada no sólo por científicos, sino por el sentido común. ¿Un átomo es entonces Dios, el creador, la fuerza que organizaa la perfección de este universo?
§ 10.2.2
Una vez la metafísica recobre su espacio en la educación han de ser los filósofos mismos quienes decidan cuales son las teorías más plausibles sobre Dios, el origen del universo, Dios y el alma. No se trata, como ya lo formuló Popper, de tener una verdad absoluta, sino de una certeza que puede ser refutada o mantenida simultáneamente con otras hipótesis y teorías.
Dicho modus operandi no es propio de la metafísica, sino común a todas las certezas de la humanidad. Es incluso el concepto de la mayoría quien determina quienes son los reyes y presidentes del mundo, el que determina cómo debe organizarse la política y cómo se deben manejar los cambios de divisa entre las naciones, para no mencionar quienes son importantes o no, quienes son la moda o no, quienes dicen la verdad y quienes no. Popper no deja ciencia exenta de replanteamiento:
“Si aumenta el grado de falsabilidad, entonces la introducción de la hipótesis en realidad ha fortalecido la teoría: el sistema ahora descarta más que antes: prohíbe más. También podemos decirlo así. La introducción de una hipótesis auxiliar siempre debe considerarse como un intento de construir un nuevo sistema; y este nuevo sistema siempre debería ser juzgado en función de si, de ser adoptado, constituiría un avance real en nuestro conocimiento del mundo .”
§ 10.3
A pesar de sus elaboradas categorizaciones, Kant es víctima de un error terminológico. Su Crítica de la razón pura es en realidad una crítica de nuestra capacidad lógica. Si la razón fuera tan pura como Kant desea, el mundo no sería tan tonto, injusto y malvado como lo encontró y lo dejó Voltaire.
§ 10.3.1
Steven Pinker confirma, en la Enciclopedia Británica, que la razón es una herramienta, no al servicio de la imparcialidad, sino de nuestra voluntad: “La racionalidad siempre se utiliza en pos de una meta, y esa meta no siempre es la verdad objetiva. Puede ser para ganar una discusión, para persuadir a otros de una conclusión que lo beneficiaría a uno mismo (razonamiento motivado), o para demostrar la sabiduría y la nobleza de la propia coalición y la estupidez y la maldad de la otra (sesgo del lado opuesto). Muchas manifestaciones de irracionalidad pública, como las teorías de conspiración, las noticias falsas y la negación de la ciencia, pueden ser tácticas para expresar lealtad o evitar el ostracismo de la propia tribu o facción política ”.
§ 10.3.1.1
Con la filosofía kantiana, el dualismo entre el bien y el mal se convierte en el dualismo entre lo racional y lo irracional; al excluir al 'otro', es decir, al hombre que rechaza los postulados modernos, el hombre racional se convierte en el nuevo hombre elegido. El proyecto moderno ya no es, como en el maniqueísmo, el proyecto del hombre puro, sino del hombre de razón pura, o, más difícil de lograr, de la razón pura en sí como el concepto abstracto de comprensión universal.
En la medida en que el relato maniqueo se refiere a la lógica, el relato compasivo se refiere a la razón; es decir, mientras que la lógica resuelve o no contradicciones, la razón las reconcilia con el tiempo. Hacia el final de su vida, Kant se dio cuenta de la supremacía de los sentimientos sobre la lógica, pero en lugar de minimizar el papel que esta última, es decir, la 'razón pura', juega en la existencia, Kant concibió la Crítica del Juicio en un esfuerzo por aprehender lógicamente los sentimientos más placenteros: su esfuerzo, como el de los psicólogos, se asemeja al de un amante que especula si su esposa tiene razones para amarlo o no.
§ 10.3.2
A diferencia de los lógicos, los poetas intuyen que la esencia del hombre no son los pensamientos, sino los sentimientos; una reflexión particular puede ser lógica o ilógica, pero, independientemente de su naturaleza, siempre expresará los sentimientos de su proponente.
Ser y Estar
§ 11
El español, al igual que el portugués, permite la clasificación temporal y eterna. Quien quiere dice “estoy casado”; quien ama “soy casado”.
§ 11.1
Los estudiantes extranjeros no entienden la diferencia entre los verbos españoles "ser" y "estar" hasta que explico que fuimos creados para la eternidad, aunque ahora, en este momento, estemos limitados por las necesidades de la vida. Soy Hugo, soy colombiano, soy francés, pero estoy en Bucaramanga y estoy trabajando en una universidad.
§ 12
Uno de los presupuestos de las filosofías de Heidegger y Sartre, es que cada uno de nosotros experimentamos la Nada cuando nos aburrimos:
“La nada que la angustia nos presenta revela la nulidad que determina el Dasein en su fundamento: su ser arrojado a la muerte” (artículo 62).
O, para usar el término preferido por los émulos de Sartre, cuando sentimos la náusea. Sartre, cabe aclararlo, no acuñó este término; el título original de su primera novela fue “Las Aventuras Extraordinarias de Mercier». Su editor sugirió “La Náusea” contra la voluntad de su autor.
§ 12.1
Hasta ahora los detractores y defensores de dichos discursos se han limitado a discutir si la melancolía es un estado temporal o permanente del hombre. Dicha actitud pasa por alto el punto esencial, que es el preguntarnos si nos es posible o no experimentar la Nada.
§ 12.1.1
La razón ociosa ha sido vinculada al vacío, pero dicho vacío no es sino la incertidumbre que resulta de nuestro desconocimiento del futuro; renunciando a una reflexión metafísica sobre dicha incertidumbre, esto es, renunciando a los hallazgos de la meditación oriental, el budismo y la oración cristiana, Heidegger optó por aceptar la razón incierto –a la que llama nada–, en su estado primigenio para señalar su sinsentido absoluto en el hastío subjetivo que él mismo experimentaba.
§ 12.1.1.1
Sartre lo explica enfatizando sin aspavientos su enfoque subjetivista:
“Lo que tienen en común [los existencialismos ateos] es simplemente el hecho de que creen que la existencia precede a la esencia, o, si se quiere, que hay que partir de la subjetividad... Si el hombre, tal como lo concibe el existencialismo, no es definible, es porque es, antes que nada, nada 2.
§ 12.1.2
Heidegger, y luego Sartre y su cortejo de docentes universitarios, se han esforzado en vano por ignorar a aquellos que han hallado sentido en dicho vacío, tales como los santos, los creyentes, los budistas y, paradójicamente, la mayor parte de la humanidad que opta por aceptar dicha incertidumbre como parte de su existencia.
§ 12.1.3
Comprendemos ahora la acertada crítica de Borges contra Heidegger:
“Las filosofías de Heidegger y de Jaspers hacen de cada uno de nosotros el interesante interlocutor de un diálogo secreto y continuo con la nada o con la divinidad; estas disciplinas, que formalmente pueden ser admirables, fomentan esa ilusión del yo que el Vedanta reprueba como error capital. Suelen jugar a la desesperación y a la angustia, pero en el fondo halagan la vanidad; son, en tal sentido, inmorales ”.
El error de Borges habría sido, según Sartre, el atribuir el hastío de Heidegger a la filosofía de Karl Jaspers.
§ 12.1.3.1
Ciertamente, es común leer a ateos que presumen que ellos si sufren de verdad, pues a diferencia de los creyentes, no creen en un más allá que los consuele. Cabe preguntarse qué mérito especial tiene dicho sufrimiento. La pandemia demostró, como veremos más adelante, que aquellos con certezas metafísicas podíamos sobrellevar los cambios de normalidad con mayor entereza.
§ 12.1.4
Sartre ya había presentado dicho nihilismo como una virtud en su aclamada conferencia de octubre 29 de 1945 en el Club Maintenant de París, “L'Existentialisme est un humanisme” (“El existencialismo es un humanismo”), despachando como teológico –tal y como Schopenhauer había despachado a Hegel– cualquier hallazgo de sentido al ennui Heideggeriano:
“Lo que complica la cuestión es que hay dos tipos de existencialismo: por un lado, los cristianos, entre los que incluiría a Karl Jaspers y Gabriel Marcel, ambos católicos profesos; y, por el otro, los existencialistas ateos, entre los que deberíamos situar a Heidegger, así como a los existencialistas franceses y a mí mismo ”.
§ 12.1.4
Surge una pregunta: ¿Por qué tanto Heidegger y Sartre se esfuerzan por presentar como metafísica o existencialismo, incluso humanismo, lo que es simplemente el nihilismo anticipado por Nietzsche?
La respuesta está en el ansia innovadora de cada filósofo, ya denunciada por Schopenhauer. Presentarse como notas al pie de página de los aforismos Nietzscheanos no es un mayor mérito para la riqueza de ideas, señaladas con elaboradas aportaciones a la filosofía del lenguaje, de Heidegger y Sartre.
§ 13
Charles Peirce expresó con agudeza el carácter metafísico de la razón:
"Si le preguntas a un investigador por qué no intenta esta o aquella teoría extravagante, él dirá: 'No parece razonable'. Es curioso que raramente usemos esta palabra donde la lógica estricta de nuestro procedimiento se ve claramente. No decimos que un error matemático no es razonable. Llamamos razonable a esa opinión cuyo único respaldo es el instinto".
§ 13.1
En 1931 Fritz Lang presentaba su primer filme sonoro, “M - Eine Stadt sucht einen Mörder», en el cual Peter Lorre confesaba ante una audiencia de criminales que su conciencia no podía combatir a sus pulsiones asesinas. Esta confesión prefigura, según Sigfried Kracauer, las pulsaciones despiadadas de los nazis durante la segunda guerra mundial; la conciencia no estaría, a pesar de nuestra certeza más inmediata, bajo nuestro control.
Menos fatídico, pero no menos radical, Marx descubría en la ideología el factor determinante de dicha conciencia. Su afán por determinar el porvenir de las ignorantes masas lo previno de admitir, como Sócrates, que la conciencia es más libre entre más sabia, y más infeliz entre más ignorante.
§ 13.1.1
La dictadura del proletariado no es sino un eufemismos para la dictadura del filósofo platónico que Platón prescribiera en “La República”, tal y como Popper lo ha denunciado sin ser escuchado por nuestros docentes universitarios codiciosos de poder político.
§ 13.2
Supeditando la conciencia a fuerzas históricas incontrolables, los materialistas prepararon el relativismo ético, y a partir de éste el escepticismo sobre las capacidades el “pueblo” o la “mayoría” a alcanzar el proyecto de la modernidad que Kant planteara en “¿Qué es el iluminismo?”. Su solución, por lo tanto, ha sido reaccionaria, navegar de vuelta los mares de la teología hasta adentrarse en las corrientes del idealismo platónico, cubriendo las grietas de su barca con estadísticas e hipótesis de teoría económica.
§ 13.3
Al centrar su discurso en las ciencias exactas, el materialismo renuncia, como Husserl lo demostró, a las manifestaciones infinitas del espíritu humano; a las instituciones, a la vida social, al progreso, del mismo modo que Platón renunció a la poesía:
“¿Qué efecto tuvo el éxito embriagador de este descubrimiento del infinito físico en el dominio científico de la esfera espiritual? En la actitud dirigida hacia el mundo circundante, la actitud constantemente objetivista, todo lo espiritual parecía como si estuviera [simplemente] extendido sobre [la superficie de] los cuerpos físicos.' De ahí la aplicación [a ello] del modo científico-natural de Pensar parecía lo más obvio. Por eso encontramos en los comienzos mismos [de la filosofía] el materialismo y el determinismo de Demócrito. Pero los espíritus más grandes han retrocedido ante esto y también ante cualquier tipo de psicofísica en el estilo más moderno. Desde Sócrates, el hombre se ha convertido en tema en sus cualidades específicamente humanas, como persona, hombre dentro de la vida espiritual de la comunidad. El hombre todavía tiene un lugar dentro del orden del mundo objetivo; pero para Platón y Aristóteles este mundo se convierte en un gran tema [por derecho propio]. Aquí se hace sentir una división notable; lo humano pertenece a la esfera de los hechos objetivos, pero como personas, como egos, los hombres tienen metas, fines, normas dadas por la tradición, normas de verdad, normas eternas. Aunque el desarrollo se debilitó en la antigüedad, no se perdió. Demos el salto al llamado período moderno. Con ardiente entusiasmo se asume la infinita tarea del conocimiento matemático de la naturaleza y del mundo en general. Ahora se supone que los inmensos éxitos alcanzados en el conocimiento de la naturaleza son compartidos por el conocimiento del espíritu. La razón ha demostrado su fuerza en relación con la naturaleza. “Así como el sol es el único que todo ilumina y calienta, así también la razón es la única razón” (Descartes). El método de las ciencias naturales debe revelar también los secretos del espíritu. El espíritu es real, objetivamente en el mundo, y como tal está fundado en el cuerpo vivo. Así, la visión del mundo asume inmediata y predominantemente la forma de una visión del mundo dualista, y específicamente psicofísica. Una causalidad, simplemente dividida en dos sectores, abarca un mundo único; el sentido de la explicación racional es el mismo en todas partes, pero de tal manera que toda explicación del espíritu, si quiere ser la única y, por tanto, universal explicación filosófica, conduce de nuevo a lo físico. No puede haber una investigación explicativa pura y cerrada sobre el espíritu, una psicología o teoría del espíritu vuelta hacia adentro, que se extienda desde el ego, la esfera psíquica de la experiencia de uno mismo, hasta la psique ajena; hay que tomar el camino externo, el camino de la física y la química. Todas las amadas expresiones sobre el espíritu comunitario, la voluntad del pueblo, los objetivos ideales y políticos de las naciones, etc., son tanto romanticismo como mitología, que surgen de una transposición por analogía de conceptos que sólo tienen un significado genuino en el ámbito de las personas individuales. El ser espiritual es fragmentario. A la pregunta sobre el origen de todas nuestras dificultades debemos responder ahora: este objetivismo o esta visión psicofísica del mundo, a pesar de su aparente obviedad, es ingenuamente unilateral y nunca ha sido comprendido como tal. La realidad del espíritu como supuesto anexo real a los cuerpos, su supuesto estar espaciotemporal dentro de la naturaleza, es un absurdo ”.
§ 13.4
Su costo es la renuncia a filosofar sobre el problema del equilibrio, la economía y la perfección del cuerpo y el universo.
§ 13.5
El materialismo ha, por lo tanto, fundamentarse con vacíos notables, en la creencia de que la evolución es un accidente indeseado, fruto de una casualidad concatenada y sin misterio.
§ 13.5.1
El materialismo, como el existencialismo ateo, como el evolucionismo, se ven, ipso facto, en la paradoja de anunciarse como Estar para resolver los problemas del Ser.
§ 13.5.2
Su evidente falacia, o refugio semántico, es la de importar los predicados de Dios a la nada o al azar.
§ 13.5.3
Sartre, desprovisto de siglos de discusión teológica y moral, intentó relativizar la moral en este espacio, atribuyendo dilemas subjetivos en conflicto con las leyes, como ya lo habían descrito Esguilo, Sófocles y Shakespeare. No obstante, pese a sus sutiles insinuaciones, no fue capaz de desvestirse de la camisa de fuerza de los Derechos Universales del Hombre, herencia secular de la reflexión teológica de aquellos siglos.



















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