El Simposio de Arcadia 4, 5, 6. Schopenhauer revela las raíces religiosas de todos los ismos
- Consultorías Stanley
- 21 oct 2023
- 12 Min. de lectura
Actualizado: 11 mar
SCHOPENHAUER (OS)
Sin duda, cuando la modestia se convirtió en virtud, es algo muy ventajoso para los tontos; porque se espera que cada uno hable de sí mismo como si fuera igual de perezoso al que escucha.

Escena 4
Aristóteles, Kant, Xenófanes de Colofón, Karl Marx, Arthur Schopenhauer.
Arthur Schopenhauer es un joven de estatura media y complexión delgada. Lleva una levita azul sin cordones de seda. Su camisa es blanca y abotonada hasta el cuello, del que cae formando arabescos. Sobre el traje lleva un abrigo largo de color azul oscuro. Un gorro de lana inclinado hacia la izquierda le cubre parcialmente la cabeza.
Lleva un bastón de madera con pomo dorado, que utiliza ocasionalmente para rotarlo en el aire.
SCHOPENHAUER
Porque ¿qué es la modestia sino la humildad hipócrita, mediante la cual, en un mundo henchido de envidias viles, el hombre busca pedir perdón por sus excelencias y méritos a quienes no los tienen?
ARISTOTLE
Cierto.
SCHOPENHAUER
Quien no se atribuye ningún mérito es porque en realidad no lo tiene; no es modesto, sino miserablemente honesto. Aceptarán ustedes que la fama es a menudo una mise-en-scène en la que un hombre de mérito debe contratar a un lacayo que enumere sus logros.
KANT
Admiramos tu resistencia a la moda y la comedia humana, apreciado Schopenhauer. Te refieres, sin duda, a la mala experiencia que tuviste con las universidades prusianas, pues habiendo sintetizado la filosofía hindú, el teatro del siglo de oro español, el teatro isabelino y la filosofía griega y kantiana a través de tu estudio del sanscrito, el griego, el latín, el francés, el español y el inglés, ninguna se atrevió a impartir una cátedra de tu opus “Die Welt als Wille und Vorstellung”, “El Mundo como Representación y Voluntad”. Hegel, en cambio, recibió todos los aplausos de su era. Pero dinos, sabiendo la fama de Hegel, ¿por qué programaste tu curso en la Universidad de Jena justo al mismo horario que él?
SCHOPENHAUER
Para que la posteridad tomara nota. Sé que fui injusto con Hegel entonces, pues su obra no carece de mérito. Pero el mismo Hugo Noël frecuenta más mis libros que los de Hegel. Yo le di a la filosofía lo que Hegel y los demás idealistas alemanes, excepto tú, Kant, no fueron capaces de expresar debido a su lenguaje escolástico: la pasión.
Es diciente que otro de mis estudiantes, Friedrich Nietzsche, tenga mayor recepción hoy que yo, cuando él mismo escribió que fue mi obra la que inspiró sus aforismos. Al fin puedo anunciar a la humanidad que Hugo Noël, asiduo estudiante de mis obras, me hará justicia en adelante.
XENÓFANES
En realidad no le encuentras uso a la modestia.
SCHOPENHAUER
Tal y como lo demuestran algunos influencers, los tontos son más apreciados por la sociedad que las personas inteligentes. Los hay tan impertinentes que no pueden pasar por tales; superan en vanidad a las genios cultivados, quienes, sin embargo, le resultan a la gleba, o al hombre del común, demasiado megalomaníacas.
Nuestro crimen, Sócrates ya lo demostró, es nuestra gigantesca estatura en comparación a ellos. De hecho, la modestia es una gran ventaja para el flojo, pues justifica su inutilidad y parasitismo. Es más conveniente tolerar las ridiculeces de un tonto que los méritos de un genio, y no me refiero sólo a Sócrates, sino a Shakespeare, a Leonardo Da Vinci, a Kafka, a Pessoa, La Rochefoucauld[1].
(El Duque de La Rochefoucauld entra ataviado en levita de seda verde y roja de anchas mangas y cuellos repujados con brocados tejidos en hilo dorado. Calza unas botas de cuero de tacón alto, lo que sumado a su contextura gala le da una estatura considerable).
LA ROCHEFOUCAULD
Les sots sont plus supportables dans la société que les gens d'esprit.
SCHOPENHAUER
Los tontos son más tolerados por la sociedad que las personas de ingenio.
LA ROCHEFOUCAULD
Il y a des sots si impertinents, qu'ils ne peuvent passer pour tels ;
SCHOPENHAUER
Hay tontos tan impertinentes que no pueden pasar por tales;
LA ROCHEFOUCAULD
Ils surpassent en fatuité les personnes d'esprit, qui sont cependant bien fatigantes.
SCHOPENHAUER
En soberbia superan a las personas inteligentes, que sin embargo son muy agotadoras.
LA ROCHEFOUCAULD
Toutefois, la modestie leur fait une grande ressource : il est plus commode de tolérer l'orgueil d'un sot que la vanité d'un homme d'esprit.
SCHOPENHAUER
Sin embargo, la modestia les proporciona un gran recurso: es más conveniente tolerar el orgullo de un tonto que la vanidad de un hombre inteligente. ¿Cómo se encuentra el Duque de La Rochefoucauld en el día de hoy?
LA ROCHEFOUCAULD
Magnifiquement, mon cher Arthur ! Mis apreciados amigos! Cuánto extrañaba no haber sido invitado antes a tan importante efeméride del pensamiento humano. Es gracias a mon frére, Herr Schopenhauer que logré pasar de ser un mero apéndice de pie de página de su discurso a uno de los personajes principales de este Auto de Fe de mi compatriota Hugo Noël. Oh, sí, apreciados lectores y espectadores! Hugo Noël adquirió la ciudadanía francesa justo antes de su viaje a las estepas rusas, lo que lo salvó de ser devorado por las fieras del comunismo, tal y como narra en su novela, “Una Primavera Kirguiza”.
Las razones por las que Hugo devino ciudadano francés son espirituales, y aún sorprende a nuestros burócratas, en particular a aquellos que disfrutan de generosos salarios en la embajada francesa de Bogotá, servidores públicos han hecho todo a su alcance para menospreciarlo. Básteme contar que cada vez que Hugo Noël les solicita en su académico francés apoyo para la divulgación de su obra entre sus compatriotas europeos, ellos le responden en castellano, y en tono tan soez, que no dejan duda sobre su deseo de que él deteste a todos los franceses por su estereotipada arrogancia. Y eso hasta hace un año, pues desde enero han optado por ignorar sus cartas.
Pero en modo alguno aquellos oportunistas representan a Francia. La indignación que en Arcadia sentimos contra su imprudencia, será pronto compartida por todos los ciudadanos del territorio francés. La vida de Hugo Noël es tan heroica como la de Juana de Arco, su obra tan prolífica como la de Victor Hugo y sus ideas tan reveladoras como las de Voltaire y Michel Foucault.
Espero que mi sinceridad no ofenda a alguno de los tantos mártires de la modestia, talento que justo criticabas, mi apreciado Arthur.
SCHOPENHAUER
Quizás a aquel amigo de la tercera fila.
(Todos ríen).
LA ROCHEFOUCAULD
Francia es la hermana mayor de todas las naciones europeas, y, a pesar de las desafortunadas intenciones imperiales de nuestro enfant terrible, Napoleón, siempre hemos velado por el progreso y la seguridad de Grecia, Germania y España, esta última nación a la que Hugo Noël debe su lengua y educación.
SCHOPENHAUER
Ciertamente todos estamos en deuda con Francia y sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad. ¿Incluida Inglaterra?
LA ROCHEFOUCAULD
Preferiría no contestar a esa pregunta. No quiero ofender a ningún isleño hoy
(Todos ríen).
KANT
Tu presencia, apreciado Conde, nos es tan agradable como la de mi compatriota Arthur Schopenhauer.
XENOPHON
Es una lástima que tu sinceridad sea aún asociada al cinismo por las nuevas generaciones de académicos.
KANT
Fueron tus escritos los que me persuadieron de discriminar a la compasión como virtud.
LA ROCHEFOUCAULD
No me culpes de tus errores, apreciado Immanuel. Semejante faux pas lo evité predicando las virtudes del catolicismo.
KANT
Acepto mi responsabilidad y aprovecho este espacio para recantar. La compasión surge cuando la razón es corregida por las intuiciones universales que la supervisan. Sin compasión el mundo de la era atómica ya habría sido aniquilado. La compasión, por lo tanto, funciona como una fuerza moral reguladora del universo, del mismo modo que las fuerzas gravitacionales y las reacciones químicas actúan en la expansión y recreación de la materia.
(Aplausos).
XENÓFANES
Tenemos esperanza que dicha consideración será divulgada en la era de la inteligencia artificial, capaz de distinguir e identificar los conceptos más beneficiosos para la humanidad.
SCHOPENHAUER
Disculparán nuestra impetuosa llegada, ilustres compañeros del quehacer filosófico. Desde ayer he estado reclamándole a Hugo Noël por la inmerecida exclusión de este debate a la que me ha sometido. Acepto la preeminencia de Xenófanes, Aristóteles y Kant. Pero, ¿haberme antepuesto a Karl Marx, ese pupilo, émulo y variación económica del teólogo Georg Wilhelm Friedrich Hegel?
(Todos carcajean, incluyendo Marx.)
SCHOPENHAUER
¿No es paradójico, apreciados colegas, que toda mi ironía, sarcasmo, agudeza y pesimismo termine siendo en Arcadia el mejor material para otra pieza de teatro de Hugo Noël?
MARX
Lo maravilloso de morar en Arcadia, paraíso de las almas dedicadas al arte y el saber, apreciado Arthur, es que aquí ninguno de nosotros miente. El público está en suspenso, esperando mi respuesta a tus comentarios soeces. ¡Diles toda la verdad!
SCHOPENHAUER
¡Oh, mi entrañable amigo Karl! El personaje que creaste en vida, Marx, así como Baudrillard, Žižek, Piketty y todos sus admiradores no son más que teólogos que abandonaron el latín para revestirse, como tú antaño, del obtuso lenguaje de la economía.
Vuestra predicación, filtrada a través de la dialéctica Hegeliana, consiste en revelaciones místicas salpicadas de fórmulas estadísticas que son adaptadas según la agenda económica de cada sociedad. Cada uno de ellos ha expuesto sus teorías como datos económicos inmaculados, pero cuando sus críticos señalan sus fallos, apelan a falacias de autoridad o a opiniones personales endebles. De hecho, al igual que todos los filósofos, están sujetos a la validez intrínseca de sus argumentos. Como mi pupilo Nietzsche señaló con agudeza, se fabrican máscaras con las que pretenden reemplazar a nuestra humanidad.
MARX
Es verdad que formulé el materialismo histórico a partir de la dialéctica hegeliana. Ahora, me intriga tu tesis de considerar la obra de Hegel como una nueva teología desprovista de connotaciones religiosas.
SCHOPENHAUER
Es vox populi que Hegel guardaba con celo en su biblioteca la fuente de su inspiración: la obra completa del zapatero místico Karl Böhme, quien, en sus revelaciones de la voluntad de Dios sobre la humanidad, describió las fuerzas éticas que desencadenan los cambios en la historia. Cuando Hegel escribe que todas las civilizaciones tienen una única oportunidad de gobernar el mundo y una vez allí caen en el olvido, ¿lo está demostrando o simplemente está hablando con autoridad, como un obispo que pronuncia su sermón? ¡Por supuesto que está predicando!
MARX
Pero Hegel llega a esa conclusión después de observar las fuerzas que han estado operando en la Historia. Tal fue el modelo para mi materialismo histórico.
SCHOPENHAUER
¿Y quién dice o qué dice que la historia se repite?
MARX
Con algunas variaciones significativas.
SCHOPENHAUER
¿Debemos asumir entonces que nos acercamos a un nuevo ocaso de nuestra civilización, como ocurrió con Grecia, Roma y Andalucía? ¿O vamos a ser conquistados por extraterrestres, como hicieron los españoles con los guanes y todas las tribus americanas?
MARX
Comprendo tu punto de vista.
SCHOPENHAUER
La obstinación con la que tus seguidores siguen tu materialismo dialéctico, querido Karl, se debe a tus escritos pseudoteológicos. Como ya ocurrió con los católicos españoles del siglo XVI, los comunistas del siglo 21 no han aceptado que los preceptos de su profeta sean sólo hipotéticos, como hipotética es cualquier interpretación de los movimientos de la historia. Pues el futuro, mi querido amigo, no lo puede predecir ningún hombre. El destino de la humanidad es tan creativo como la creación misma. De hecho, sería ingenuo considerar a Dios como una identidad repetitiva, sin fantasía ni imaginación, incapaz de sorprendernos.
XENÓFANES
Como sería ingenuo, señor Marx, considerarle un oráculo de la verdad.
MARX
Estoy bastante de acuerdo con ustedes, amigos míos. Lamentablemente, muchos de mis lectores pensaron que al leerme no tenían que reflexionar sobre mis preceptos, cuestionarlos, reformularlos. Además, la mayoría de ellas se hizo a la idea de que no tenían que leer ningún otro libro en toda su vida.
SCHOPENHAUER
Tal como ocurre con los libros sagrados.
(Todos aplauden a Arthur Schopenhauer, que se inclina como un actor y casi llega a las rodillas).
XENÓFANES
Los invito a que retomemos el asunto anterior a este debate.
MARX
Gracias Arthur. Estamos seguro que tu humor negro y mi flema inglesa ayudará al lector a mantener su atención sobre los conceptos que ya se perfilan en este escenario.
ARISTÓTELES
Tu crítica a la religión como opio del pueblo, apreciado Marx, no es menos ambivalente de aquella que realicé contra las tiranías, monarquías y aristocracias, pues, a menos que haya un rey filósofo o sabio, cuando un sistema se considere perfecto y se cierra a cualquier reforma o disidencia surge todo tipo de represión entre los hombres. En otras palabras, sin participación política de cada ciudadano libre, la polis puede convertirse en despotismo y esclavitud, dependiendo de la fortuna de tener un buen gobernante o el infortunio de no tenerlo.
Como John Stuart Mill prescribió en siglos recientes: “Un Estado que empequeñece a sus hombres, para que sean instrumentos más dóciles en sus manos, incluso para fines benéficos, descubrirá que con hombres pequeños no se puede lograr realmente gran cosa”; estarás de acuerdo que tal ha sido el destino del comunismo que anunciaste en tu manifiesto.
MARX
¿No es absurdo que por haber prescito que el socialismo del futuro sería regido temporalmente por la Tiranía del Proletariado, los líderes del comunismo se hayan atribuido el rol mesiánico de tiranos ad aeternum, y no me refiero sólo a Lenin y a Stalin, sino también a Castro, Maduro, Evo y Ortega, demagogos que han sumido a sus naciones en la miseria y la esclavitud. De cualquier forma, si bien las religiones han servido al hombre como corredores de acceso a la moral y la metafísica, su influencia se ha visto bastante deteriorada desde la revolución Francesa. Hoy no es la religión, sino el sectarismo maniqueo el que aliena a las masas de su esencia humana suprainteligente, y por sectarismo me refiero al nacionalismo, el regionalismo, el racismo, el deporte y la política.
SCHOPENHAUER
Concuerdo contigo apreciado Marx. Fueron los reyes y emperadores romanos quienes, en realidad, institucionalizaron esa división del mundo en dos bandos que se odian entre sí, como su mejor forma de dominio. La rivalidad entre los "rojos" (Russati) y los "verdes" (Veneti) en los juegos del Circo Romano datan del período de la República Romana. Estas facciones, que incluían a los partidarios de diferentes equipos de carreras de carros, se convirtieron en una parte importante de la cultura de entretenimiento en Roma. Sus rivalidades eran apasionadas y, a veces, violentas. Los seguidores de diferentes equipos competían ferozmente, y los enfrentamientos entre las facciones a menudo se extendían más allá del circo y podían resultar en riñas y muertos en las calles de Roma.
XENÓFANES
Los videojuegos, los hinchas de fútbol y el cine tradicional de héroes y demonios, o buenos y malos, perpetúa dicha estructura ética narrativa maniquea en el siglo 21.
SCHOPENHAUER
Es cierto, Marx, que la religión sigue causando estragos en el mundo, particularmente en naciones empobrecidas, en donde, tal y como yo lo escribí décadas antes que tú, la religión es el consuelo de los desesperados, lo que permite que demagogos disfrazados de profetas prediquen que su divinidad es universal y que ha de imponerse sobre las demás a sangre y fuego. Pero ya es tiempo de que enseñemos nuestro auditorio a la humanidad sobre este escenario.
Los filósofos descubren sobre una pequeña colina el templo de la Acrópolis recién inaugurado, con estatuas de los dioses griegos recién pintadas en vivos colores sobre dinteles y cariátides.
Otro grupo de escritores se acercan a lo largo de un jardín en armonía con árboles frutales en donde reposan ruiseñores y papagayos que emprenden vuelo bajo el sol de un prolongado atardecer de verano.
Fuentes de mármol bordean los corredores de aquel rincón idílico de arcadia, en donde ninfas y ángeles caminan con libros en sus manos.
KANT
Comprendo que al autor haya señalado que en mi búsqueda de la razón pura mis prosélitos hayan desligado al Ser de la imaginación y la intuición, para no mencionar la inmortalidad. Pero, ¿hasta qué universo nos llevarán los vuelos de la inspiración de Hugo Noël?
SCHOPENHAUER
Hasta que la voluntad de la cosa en sí, das Ding and sich, que yo revelé al mundo ser ni más ni menos que la vida misma, se lo permita.
(Los concurrentes saludan y se abrazan con los recién llegados: Molière, Safo, Emily Brönte, Sylvia Plath, Nietzsche, Kierkegaard, Jesús, Santa Teresa de Ávila, Marqués De Sade, Buda, Baudelaire, Confucio, Juana de Arco, Platón, Espinoza, Hegel, Sócrates , Lope De Vega, Cervantes, Quevedo, Shakespeare, Beckett, Borges, Bernard Shaw, Swedenborg y Óscar Wilde.
Un cortejo de doncellas y mancebos en túnicas griegas despliegan un banquete, enseñando una mesa en forma circular alrededor de un escenario de madera de cedro, desde cuyo centro cae una escalera que conduce bajo el tablado a un pasillo que conduce a un palacio renacentista adjunto; es la cocina, repostería y despensa, de la cual emanan suculentos olores.
Los convidados se sientan conformando una mesa redonda con servicios de porcelana china, cubiertos de plata y copas de Bacará en donde la servidumbre vierte vino de largos jarrones de cerámica de Tiro.
Alguien repica su cucharita con su copa insistentemente y se levanta, ascendiendo al centro del escenario; es Molière, quien lleva una levita de terciopelo negro con ribetes dorados en las solapas y los puños. Su camisa blanca de encaje es sobresale de su cuello y sus mangas. Lleva un chaleco de brocado con motivos florales dorados y pantalones a juego. Sus zapatos de cuero blanco llevan como broches las máscaras griegas de la comedia y la tragedia talladas en diamante.)
MOLIÈRE
Nuestros ilustres filósofos, al igual que nuestros apreciados lectores y espectadores, deben de estar preguntándose por qué nos hemos reunido en este inusual banquete. Es comprensible que en el mundo efímero, lleno de convenciones y apariencias sociales, semejante evento pueda parecer imposible o, en el mejor de los casos, absurdo e innecesario. Seguramente no faltarán aquellos que nos acusen de malgastar dinero en un mundo aquejado por la miseria y la guerra. Afortunadamente, mi amigo Schopenhauer ya ha denunciado la modestia como una mera convención social que encubre la verdadera esencia de cada individuo. Así que sin más preámbulos, pasemos al meollo del asunto.
En nombre de los destacados poetas, dramaturgos y novelistas aquí presentes, queremos declarar a Hugo Noël como uno de los nuestros; poeta, dramaturgo y novelista, y alzar la voz contra aquellos impostores que hoy en día son llamados poetas y dramaturgos en el mundo de los vivos. Sabemos que es este texto el que le conferirá renombre en su generación, y por esta razón, le hemos solicitado insistentemente que nos permita participar en este debate filosófico sobre la existencia de Dios. Después de todo, nuestro mayor esfuerzo ha sido transmitir a las masas las ideas filosóficas más elevadas, sin recurrir a un lenguaje dialéctico, utilizando en su lugar el lenguaje cotidiano de aquellos que carecen de educación formal y jamás han memorizado una frase en griego o latín. Pero no deseo ser el único en exponer yo sólo este argumento, así que invito a mis colegas, desde este, el paradójicamente llamado “mundo de los muertos” por los mismísimos mortales, a evidenciar su esprit o ingenio, aliviando así el ceño fruncido de tantos escépticos hoy aquí presentes.


















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