La vida es un teatro inmenso, donde todos actúan de alguna manera, desde el sacerdote que levanta La hostia y la ofrece al cielo. la bendice y La distribuye, hasta el campesino que desde su asno vende 'bollo dulce estéreo' por las calles rápidas de Sincelejo. El problema es organizar esos episodios, basados en un guión. para llevarlos a Las tablas. Es allí, donde 'el burro tuerce el rabo' si no hay quien organice la materia (...) Venido de tierras lejanas ( de aquellos santanderes que se parecen tanto al Caribe) y después de haberle dado varias vueltas al mundo, Hugo Noel Santander Ferreira, casado con La sincelejana Leyla Tobías, llegó y le cogió el gustico a una ciudad donde todavía se puede hacer siesta y la gente se saluda en las calles como viejos compadres. Poliglota, escritor y poeta, Santander Ferreira ha llegado en el momento exacto para proponer nuevas cosas y dinamizar que se viene haciendo en La Universidad de Sucre y otras corporaciones. Propuso una temporada de teatro, que arrancó con su obra EL Botin, estrenada en días pasados en tres funciones ese mismo día, con repetición al día siguiente en el auditorio Golfo de Morrosquillo de Comfasucre. La obra EL Botín, escrita y dirigida por Santander, ha sido atractiva para un público diverso, especialmente estudiantes y gente del arte, con asistencia masiva para una ciudad a la que le urgen nuevos espacios recreativas, más allá de las verbenas, parrandas y paseos a las fincas y a la playa. La obra es de una hora y quince minutos, en la que el suspenso no abandona al público (...)
Los conceptos de los espectadores sobre la obra han sido variados y esperanzadores (...) El argumento es muy ágil: Doña Norma es una mujer inspirada en la Gaitana; convencida que su hijo, Samuel, ha sido asesinado, Doña Norma prepara una refinada venganza, si acaso interrumpida por la repentina aparición de Samuel, quien asegura haber regresado de entre los muertos, para mantener en suspenso a la audiencia. La experiencia de Hugo Santander viene desde los quince años, cuando escribió y dirigió Intriga en Santa Cruz. Desde entonces no ha parado en su intención de trascendencia, tanto en Colombia como en otros paises. 
Sincelejo, una ciudad pequeña, donde La siesta es reconfortante, con distancias cortas y una calidez para vivir, parece haber encontrado un grupo para matar la rutina y cantarle a la vida desde las tablas, porque la vida es el teatro mismo. 
 
Por Alfonso Hamburger, en EL MERIDIANO, 11-6-2017